Estar bien hidratado es fundamental para desarrollar los procesos fisiológicos básicos de nuestro cuerpo como lo son: la digestión, transporte de nutrientes, eliminación de desechos a través de heces y orina, regulación de la temperatura, entre otros. A esto podemos agregar que previene el estreñimiento, favorece la buena función de los riñones y conserva la piel.
Varios estudios han demostrado que la deshidratación afecta al rendimiento y la función cerebral de las personas de cualquier edad. A medida que envejecemos el cuerpo va perdiendo la capacidad de detectar la sed, por lo que se hace más difícil mantener una adecuada hidratación. Las personas mayores a 60 años deben anticiparse a las necesidades de su cuerpo y no esperar a tener sed para beber agua.
Como todos ya sabemos, la ingesta adecuada para las personas mayores de 20 años es de 2.5 litros en hombres y 2 litros en mujeres; esto no cambia mucho en las personas de la tercera edad pues las necesidades son similares. Lo que sí es una variante a tomar en consideración es las medicaciones que se pueden tomar a consecuencia de enfermedades producto de la avanzada edad, las cuales pueden disminuir el balance hídrico saludable.
Nuestro organismo no almacena agua, por lo que al tener pérdidas cada día por las distintas funciones como la respiración, sudoración y evacuación, estas deben ser repuestas. Si no se reponen a tiempo nuestro cuerpo recurre a los líquidos que se encuentra en el interior de las células provocando una deshidratación.
En verano, aumentan las necesidades de hidratación por el calor y la humedad, factores que hacen que se produzcan grandes pérdidas, especialmente a través del sudor. Por eso es importante una buena alimentación y por supuesto la ingesta de líquidos, que pueden ser a través de jugos naturales o agua. Hoy queremos compartir con vos los mejores tips para saber cómo hidratar correctamente a los adultos mayores.
Aunque no tenga sed ni te pidan agua, ofrecerles liquido a lo largo del día.
Mantener una dieta liviana rica en frutas y vegetales. Las frutas y verduras tienen un alto contenido de agua –cerca del 85% de su peso lo es–, así como la carne y el pescado, con valores que oscilan entre un 50 y un 70% de agua.
Aumentar la ingesta de alimentos como sopas, frutas y hortalizas que contenga un 80% a 90% de agua debido a que son fuente de nutrientes esenciales.
Evitar la alta exposición solar, preferiblemente hacerlo con sombreros, paraguas o sombrillas.
Mantener ventilados y frescos los ambientes.
Vestimenta fresca y de colores claros.
No tomar diuréticos sin la estricta indicación médica.
Estar más pendiente de cualquier cambio o alteración que se pueda dar en el adulto mayor como migrañas, presión alta, infecciones urinarias o estreñimiento; porque son síntomas de deshidratación.
No está de más recordar que el agua es un recurso de la naturaleza necesario para la vida de todos los seres vivos. Podemos pasar semanas sin comer, pero únicamente unos pocos días sin beber agua.
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