Los buenos hábitos de higiene personal tienen más importancia en la tercera edad que en el resto de nuestras vidas, ya que no solo significa que estemos limpios y con buen olor, también están relacionados con garantizar el bienestar y la calidad de vida en la vejez, es decir es un tema de salud.
La salud física, mental y emocional en la tercera edad está íntimamente relacionada con la higiene en general. No hablamos sólo del aseo personal sino de mantener limpio y cuidado su entorno. Es decir, eliminar malos olores y evitar el desorden en la casa.
Ya sabemos que existen distintos grados de dependencia y si bien hay adultos que pueden tomar una ducha solos; la limpieza de su hogar se puede hacer un poco más cuesta arriba. Por eso familiares o cuidadores tendrán que velar porque el entorno sea el más óptimo en cuanto a saneamiento.
En este artículo nos enfocaremos en todo lo relacionado con el protocolo de higiene corporal. Lo más recomendable para las personas mayores es:
Baños o duchas al menos tres veces por semana. (En verano es bueno incrementar este número)
Utilizar en la medida de lo posible jabones y champú con PH neutros.
Lavar y secar la piel con suavidad. Si la persona tiene pliegues en su cuerpo debe de prestarle mayor atención en el secado en esta parte de la piel.
Es importante destacar que el área del baño debe ser lo más cómodo, seguro y accesible posible, sobre todo, si es para una persona mayor con algún problema de movilidad. Hay que tomar en cuenta que tenga:
Espacio suficiente y sin obstáculos pues la persona puede que necesite de ingresar con andador.
Elementos de seguridad, como barras de agarre o bancos de ducha.
Que la habitación tenga la temperatura óptima al igual que el agua.
Contar con todos los productos necesarios para el aseo, es decir, esponjas, toallas limpias, peine, champú, etc y que estos estén a la mano.
Recordemos que, si la persona puede realizarse la ducha solo, también tiene que ser supervisado en algunos casos para asegurar se cumpla el protocolo y así evitar complicaciones en la piel. Si el mayor no pueda asearse por su cuenta, es importante que durante el baño exista una buena comunicación entre el cuidador y él o ella. Explicar cada cosa que se hace o se va a hacer es una manera de hacerle partícipe. Si la persona mayor puede realizar algunas tareas en la ducha que le permita mantener su independencia y autonomía es bueno dejarlos que la efectúen.
Ventajas de mantener una buena rutina de aseo e higiene:
Estimulación de la circulación sanguínea.
Prevención de enfermedades e infecciones en piel y partes íntimas.
Aumento de la autoestima y comodidad.
Mejor estado de ánimo.
Mayor disposición a socializar.
Satisfacción personal al sentirse perfumado.
La buena higiene personal combinada con otros hábitos saludables redundará en la calidad de vida del anciano.
En la próxima entrega daremos tips de como optimizar la higiene personal de las personas que se encuentran en cama y el mejor protocolo a seguir para ellos.
コメント