Definitivamente ya sabemos que la vejez ha ido cambiando a lo largo del tiempo y la expectativa de vida se ha ampliado a gran escala, por eso mucho paises han decidido extender los años de jubilación o dejar que el empleado se jubile cuando él lo decida.
Al igual que nuestro organismo y nuestro cuerpo es diferente en las etapas de la vida, así afrontamos la jubilación. Pues el fin de la vida laboral puede ser un respiro para unos, pero para otros puede ser el comienzo de una etapa difícil, donde no se sienten útiles ni valorados. Palabras que nos pueden acompañar a lo largo de nuestra vejez.
En primera instancia tenemos que tener claro el término jubilación: “Entendemos como jubilación la interrupción definitiva de la vida laboral activa debido a la edad o a situaciones laborales o de salud que obliguen a adelantarla”. La Organización Internacional de Trabajadores (OIT) nos explica que existen distintos tipos de jubilaciones: voluntaria o involuntaria, anticipada o en el tiempo marcado, completa o parcial.
La palabra jubilación puede retumbar en los oídos de quien está próximo a ello, pues nuestra idiosincrasia nos lleva a que estas personas se sientan desechadas y desplazadas por las nuevas generaciones e incluso por sus hijos y familiares. Entonces es muy común escuchar frases como nuestro titular: “No estoy viejo, no quiero jubilarme”
Y es que la pérdida del rol profesional, en algunos casos supone una falta de reconocimiento; quizás es una de las principales implicaciones negativas de la jubilación que más afectan a quien atraviesa esta etapa. La pérdida de reconocimiento está muy ligada a la disminución del estatus, todo ello por la reducción considerable de ingresos; por lo que no debe extrañar que, el tan solo nombrar la palabra jubilación genera un estrés emocional importante y una baja autoestima en la persona jubilada.
Aunado a esto, también están los cambios en las relaciones interpersonales, los cuales juegan un papel muy importante en la socialización y red de apoyo que requiere el adulto mayor. Por esto, y más… es que muchas personas le temen la jubilación.
Pero… ¿es tan negativo jubilarse? ¿todo es malo en esta etapa de nuestras vidas? O es que en realidad no nos hemos preparado socialmente, psicológicamente y económicamente para ello. La adaptación a esta nueva situación es quizás uno de los aspectos más importante para sobrellevar la jubilación de manera positiva y así comenzar a vivir tu vida como quieras.
Fases de adaptación a la Jubilación
Para ser capaz de disfrutar de la jubilación tenemos que pasar progresivamente por diferentes etapas, donde el ex trabajador va a entender y comprender su nueva situación hasta aceptar su condición de jubilado y empiece a disfrutar de ella. Estas etapas son:
Luna de miel: recién jubilado el trabajador se siente como en vacaciones, pero sin la presión de ver cómo acaban los días. La continua planeación de qué va hacer o las grandes expectativas para el futuro, puede traer como consecuente que la persona se sienta feliz de estar jubilada.
Decepción o hiperactividad o astenia: pasado el lapso de la luna de miel, el cual varía según la persona, el jubilado se da cuenta que las cosas no empiecen a ser como el las esperaba. Comienza a surgir la tristeza, la frustración o decepción, la cual en muchos casos se trata de contrarrestar con la hiperactividad, mientras que en otros individuos la apatía comienza a reinar y surgen los grandes momentos de soledad.
Reorientación: la etapa anterior te puede llevar a tocar fondo y obligar al pensionado a buscar nuevas respuestas que sean más realistas y ajustadas a la situación que está enfrentando. Este giro en su pensamiento traerá consigo un importante y necesario cambio de conducta.
Acomodación a la situación actual: al pasar por las tres etapas anteriores el jubilado entiende y acepta su condición de pensionado y cese definitivo del trabajo, logrando crear un equilibrio entre sus posibilidades y recursos, comenzando así a vivir de nuevo su vida.
En la próxima entrega de nuestro blog te daremos consejos de como tener una jubilación positiva.
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