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Más de la mitad de las personas mayores de 65 años presentan hipertensión arterial

Es una de las enfermedades más frecuentes en adultos y su incidencia va aumentando con la edad. Por esto es una de los padecimientos crónicos que se convierte en un factor de riesgo cardiovascular para este grupo de la población.

La hipertensión arterial no es más que el aumento de la tensión arterial habitual por encima de los 90mmHg en la mínima (diastólica) y de 140 mmHg en la máxima (sistólica). Esta última es la más significativa en las personas de edad avanzada. El problema de esta patología es que es silenciosa y no presenta síntomas a simple vista y al mantenerse elevada la tensión por mucho tiempo puede causar enfermedades más graves, como:

  • Accidentes cardio-cerebrovasculares.

  • Arterioesclerosis.

  • Demencia cardiovascular.

  • Lesiones en la retina.

Entre otras enfermedades que pueden afectar el buen funcionamiento de los diferentes órganos.


Quizás uno de los aspectos que muchas veces se descuida o se deja pasar, es que las personas hipertensas son más propensas a sufrir episodios de hipotensión ortostática (mareos o aturdimiento) con los cambios bruscos de posición, es decir al sentarse y ponerse de pie o levantase al estar acostado. Lo que implica un importante riesgo de caída y por tanto de sufrir algún tipo de fractura.


Quienes ya han sufrido episodios de altas en su tensión arterial, es prioridad para ellos el control mediante fármacos prescritos por el médico tratante. Toma de tensión en casa y visita periódica al cardiólogo. A esto es importante sumarle el cambio en la alimentación y el estilo de vida.


Por eso hoy queremos compartir con ustedes algunos consejos del manejo no farmacológico de la Hipertensión Arterial los cuales deberíamos convertir en hábitos:


  • Reducir la ingesta de Sodio. El menos consumo de sal se traduce en un descenso de las cifras de presión arterial, aminora la necesidad de medicación antihipertensiva.

  • Alimentación controlada por un nutricionista según requerimientos individuales de cada adulto mayor para optimizar la salud cardiovascular.

  • Incorporar los ejercicios cardiovasculares a nuestra rutina tomando en cuenta existen múltiples problemáticas que limitación su movilidad, pero que no impiden el desarrollo de estos movimientos.

  • Tratar de disminuir el estrés psicosocial, pues la depresión, la soledad y la ansiedad se convierten en grandes aliados a la hipertensión si le damos cabida en nuestras vidas

  • Control del peso si se llaga a adulto mayor con ese exceso de kilos, pues esto se puede convertir en una problemática en el futuro.


Si incorporamos en nuestras vidas estas series de medidas higiénico dietéticas, ellas nos ayudarán en el mantenimiento de la tensión arterial en cifras normales. Así que no hay que esperar a que lleguemos a la vejez para cuidarnos.



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