En el cuidado diario de las personas mayores se pueden observar múltiples padecimientos, tanto físicas, como conductuales o emocionales. Estos últimos usualmente son generalizados por la ansiedad y los miedos. Existen fobias habituales en la vejez, y detectarlas, así como saber cómo tratarlas es de gran ayuda para su bienestar.
Uno de los miedos más comunes que suelen tener los mayores es a los trastornos de los sentidos, memoria, juicio y, sobre todo, a no poder valerse por sí mismos. Cuando se entra a la edad de jubilarse y pasan de tener una actividad diaria laboral a una inactividad estos miedos se acrecientan. Al llevar una vida distinta y sin las rutinas diarias marcadas durante tanto tiempo, pasan a sentirse aburridos, más solos y menos útiles.
A estos factores se le suman lo que los especialista y geriatras llaman El Trinomio: soledad, vejez y muerte:
1.- A la vejez se le teme por las limitaciones que puede acarrear, tanto físicas como psíquicas y sociales. Es decir, de las que ya habíamos hablado anteriormente.
2.- Al aparecer la soledad, en primera instancia por el síndrome del nido vacío y posteriormente por haber enviudado; el panorama es de desasosiego, tristeza, baja autoestima, desmotivación e incertidumbre.
3.-Y por último a la muerte, porque evidentemente se es más consciente de que es ineludible además de por el temor al sufrimiento cuando aceche.
Muchos especialistas y páginas web te hablaran de diferentes formas de manejar o afrontar los miedos en la tercera edad. Más allá de los síntomas de las enfermedades que se pueden padecer y los tratamientos paliativos para ellos, los familiares, cuidadores y amigos deben propiciar que el anciano inicie un proceso de introspección y reflexión sobre el sentido de la vida, realizando un balance de las cosas buenas y malas vividas.
Aprender a pedir perdón en caso de haber hecho daño y perdonarse así mismo, también es un buen comienzo. Seguramente en esta etapa sea creyente o no, surgirán preguntas y dudas sobre si hay algo más después de la muerte. Es por esto que en muchas ocasiones y tras la aparición de los temores el anciano inicia un acercamiento a Dios, esto hace que la oportunidad de contar con atención espiritual sea muy importante para ellos. por lo que les es de gran ayuda tener o contar un su entorno de un acompañamiento religioso que los acompañen en la oración y los escuchen para lograr que se sientan en paz.
Otro antídoto para el miedo es aprender a temprana edad todo lo relacionado a el proceso de envejecimiento, pues el conocimiento ajustado y realista de las propias capacidades favorece un aumento del control y una disminución de la incertidumbre ante la llegada de la vejez.
Con la vida que llevamos actualmente, llegar a mayor es todo un privilegio y honor que, lamentablemente, no tiene todo el mundo.
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