El problema de pérdida de la audición en adultos o personas de la tercera edad es cada vez mayor. Hay estadísticas que afirman de la mitad de las personas mayores a 75 años tiene alguna dificultad para escuchar.
El inconveniente no solo radica en el grado de sordera que se padezca, sino de las consecuencias que genera en el anciano. Cuando un adulto mayor comienza a tener problemas de audición también inicia un proceso de aislamiento, pues su estado de ánimo va disminuyendo al no poder comunicarse de manera rápida y eficaz; lo que se traduce a una gran molestia consigo mismo por sus limitaciones, redundando en su calidad de vida y autoestima.
La realización de controles preventivos con especialista en audición a partir de los 65 años puede ayudar no sólo a determinar si este padecimiento se debe a la edad o alguna otra enfermedad como la hipertensión arterial, colesterol o diabetes.
Causas de la pérdida auditiva en ancianos
La hipoacusia o pérdida auditiva atribuida al paso de los años, tiene sus bases en distintos factores a los que pudo haber estado sometido el paciente a lo largo de su vida, como por ejemplo la exposición prolongada al ruido, infecciones recurrentes en el oído, mala alimentación, diabetes o patrones genéticos que predisponen a la persona a padecer de sordera.
He aquí las causas más comunes de la pérdida de audición en adultos:
La presbiacusia (relacionada con el envejecimiento o la edad)
Exposición prolongada al ruido.
Ingesta de medicamentos ototóxicos
Infecciones constantes en el oído como otitis u otras.
Tabaquismo
Hipertensión
Diabetes
Traumas acústicos.
Problemas congénitos y genéticos
Síntomas
Los síntomas de la pérdida de audición en adultos son múltiples y varían de persona a persona al igual que las causas. Lo que sí es una condición estable en casi todos, es que es progresiva y simétrica a lo largo de los años. Existen adultos mayores que también pueden padecer de zumbido en el oído, vértigo y desequilibrio, lo que ya daría un indicio de un padecimiento auditivo.
Otro aspecto que suele dar visos de esta afección es cuando la persona comienza a decir expresiones cómo: No entiendo lo que dicen, hábleme más fuerte… o ¿Por qué me hablan tan bajo? Además, pide constantemente que le repitan lo que le acaban de decir. Sube demasiado el volumen de la radio o TV. Se acerca mucho y voltea la cabeza hacia la persona que le habla.
Lo importante en todo caso, es que el adulto acepte que padece de algún problema de audición y acuda con un especialista, quien le hará la mejor recomendación para atenuar o compensar la sordera, ya que en la actualidad existen varias alternativas para esta afección.
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