La montaña rusa que puede generar mal humor en el adulto mayor.
Si bien es cierto que a lo largo de nuestras vidas podemos vivir una montaña rusa en nuestros estados de ánimos, también es reconocido que llegada la vejez se le suman otros factores psicológicos y físicos que hacen crítico el manejo de las emociones. Por eso hoy en nuestro post te queremos explicar algunas variables que pueden incidir en el mal humor y cómo manejarlo.
El mal humor es una emoción universal y conocida por todos nosotros. Si te pones a pensar, en nuestras vidas hemos tenido como mínimo un conocido o un familiar que sin saber por qué, parece que siempre está de mal humor. Individuos con los que no es fácil relacionarse, interactuar o simplemente hablar, porque tienen una personalidad que, a la mínima afectación, pueden tener una reacción negativa.
Esa tormenta que puede nublar momentáneamente nuestro estado de ánimo tiene su origen en diversos desencadenantes como: expectativas no cumplidas, negación de la realidad, exceso de egocentrismo, fluctuaciones hormonales y hasta el exceso de autocontrol. Pero a medida que nos hacemos mayores también va en aumento la desconfianza y esto puede hacer que el mal humor se acreciente irracionalmente y se le sumen otros factores como:
Sensación de inutilidad
Desconexión con el presente
Rechazo al cambio
Demencia y delirios
Falta de autoestima
Pérdida de capacidades
Entendidas las posibles causas que pueden acarrear el mal carácter en el anciano, nos queda explicarte cómo manejar el mal humor en el adulto mayor.
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Evita situaciones y personas que puedan generar irritabilidad
Existen temas de conversación que pueden causar controversia y hasta personas, que nunca han sido del agrado del anciano. Por eso es importante evitar en lo posible tratar de hablar de ellos. Es probable que la rabia no aflore en una primera instancia, pero se puede ir acumulando y desarrollar una ira desmedida en un futuro.
Distrae su atención
Si presientes que el anciano está frustrado por algo que ha ocurrido, escuchado o presenciado trata de distraerlo. Pregunta de situaciones y personas que sabes que le encantan. Intenta que recuerde cosas que lo hagan sentir bien
No intentes razonar
Durante la vejez la capacidad cognitiva se va deteriorando y aunque puede que algo sea fácil de hacer o comprender para nosotros, resulta complicado para el adulto mayor; por eso es importante no hacer sentir mal al anciano cuando hay algo que no entiende. Si le insistes puede aumentar su vulnerabilidad y probabilidad de enfado.
Demuéstrale que no es frágil
La pérdida de autonomía hace que el anciano se sienta desprotegido e inútil, lo que puede generar mucha frustración y a su vez un mal humor. Es importante que le demuestres lo significativo que es para la familia, lo trascendente que ha sido y sigue siendo su aporte a lo largo de los años y lo grande que es el resultado de sus esfuerzos. El objetivo es que deje de estar a la defensiva y que sienta que su figura sigue teniendo sentido y es relevante en la vida de los demás.
Mantén la calma
Lo primero que necesitas hacer ante el mal genio de un adulto mayor, es mantener la calma y no reaccionar de forma alterada. Trata de entender la causa de su cambio de humor. La susceptibilidad en los ancianos es más alta, por lo que cuidar tus respuestas y tratar de ser asertivo te ayudará a mantener la tranquilidad. Perder la paciencia te puede llevar a que la situación empeore.
¡Cuenta hasta tres! ¡Respira!
No los trates diferente
Pese a que sus cambios de humor negativos te recuerden un berrinche o pataleta de un chiquilín, debes recordar que estas tratando con un adulto mayor. El considerarlo como un niño puede llevarlo a reaccionar a la defensiva y perder la confianza. Es un error muy común que cometen los familiares cuando el anciano se empieza a comportar mal. ¡No lo hagas!
Por último, cuando veas que los episodios de mal humor se convierten en ira y cada vez son más frecuentes, consulta con un médico, psiquiatra o psicólogo que te permita gestionar sus emociones y a actuar correctamente en esos momentos.
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