La salud en la edad adulta puede ser una montaña rusa, tiene sus altas y sus bajas, por eso se debe cuidar con mucha atención. En la vejez las personas se vuelven más vulnerables y experimentan cambios no solo físicos sino en su metabolismo y en la piel. Los huesos se vuelven más frágiles y la movilidad se puede ver afectada por enfermedades como la Artritis o Artrosis.
Hoy hemos querido dedicar nuestro espacio para poder hablarles de estas dos enfermedades que afectan las articulaciones y es muy común en la tercera edad, afectando la calidad de vida del adulto mayor. La artritis puede deberse a causas muy diferentes. Puede ser por infecciones ocasionadas por gérmenes que llegan a la articulación, por traumatismos producidos por un golpe fuerte, por enfermedades autoinmunes, como, por ejemplo, la artritis reumatoide, o por depósitos de cristales que se acumulan en la membrana sinovial, popularmente conocido como gota.
La artrosis por su parte, suele estar asociada al envejecimiento y es más común a partir de los 60 años. No obstante, hay otros factores, como la obesidad o el sobreesfuerzo de la articulación, tan típico de los deportistas de élite, o de algunos trabajos con movimientos repetitivos.
Artritis
La artritis es la inflamación de las articulaciones, que a su vez produce dolor y dificultad para el movimiento. Esta enfermedad se da con mayor frecuencia en mujeres y no tanto en hombres.
Desde el punto de vista médico te van a decir que puede que tengas una inflamación en la membrana sinovial. Y vos, seguramente quedes igual sin saber que pasa en tu articulación. Para que podamos entender mucho más fácil tenemos que comprender como funciona nuestra articulación. Ella es la estructura que une los huesos entre sí, permitiéndole movilidad al cuerpo humano. En los extremos de cada hueso estos están recubiertas por superficies lisas que son los cartílagos, que permiten que el roce óseo sea más suave.
Los cartílagos se alimentan y protegen de la membrana sinovial, la cual a su vez produce un líquido que lubrica y nutre la articulación. La artritis reumatoide se caracteriza por una inflamación de la membrana sinovial, que genera dolor continuo, hinchazón, decaimiento, cansancio, pérdida de peso, tumefacción de la articulación y sensación de rigidez, sobre todo a las primeras horas de la mañana.
La inflamación constante provoca, por un lado, daño en el hueso y por el otro, lesiones en los ligamentos y tendones circundantes haciendo que el cartílago se reduzca o desaparezca en su totalidad en algunos casos crónicos. Las articulaciones dañadas con más frecuencia son las de los dedos de las manos, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas, los tobillos y los dedos de los pies.
Artrosis
La artrosis es una enfermedad crónica caracterizada por el desgaste y la degeneración progresivos del cartílago articular. La artrosis igualmente provoca dolor, pérdida de movilidad normal y en muchos casos deformación en los huesos.
Es la enfermedad reumática más frecuente. Afecta a ambos sexos por igual y suele manifestarse pasado los 60 años de edad. Es importante resaltar que una gran parte de estos adultos presentan síntomas que pueden confundirse con la artrosis y en realidad están directamente relacionados con problemas de origen en los ligamentos, músculos y tendones que rodean las articulaciones.
En la artrosis lo primero que ocurre es una alteración del cartílago. La zona superficial se hincha y pierde su elasticidad. A medida que se pierde el cartílago, el hueso que esta debajo erosiona y crece por los lados, con lo que la articulación se deforma. La membrana sinovial también sufre un engrosamiento y el líquido que produce lubrica menos.
Ambas son enfermedades reumáticas que provocan dolor, que afectan a una o a varias articulaciones. Si bien eso es lo que tienen en común, tanto su origen como su tratamiento son muy diferentes. Consultar al reumatólogo es una de las mejores decisiones que puedes tomar a la hora de presentar dolores en las piernas, manos o cadera.
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